La princesa está triste... ¿Qué tendrá la princesa?
Los suspiros se escapan de su boca de fresa,
que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
La princesa está pálida en su silla de oro,
está mudo el teclado de su clave sonoro,
y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor.
El jardín puebla el triunfo de los pavos reales.
Parlanchina, la dueña dice cosas banales,
y vestido de rojo piruetea el bufón.
La princesa no ríe, la princesa no siente;
la princesa persigue por el cielo de Oriente
la libélula vaga de una vaga ilusión.
¿Piensa, acaso, en el príncipe de Golconda o de China,
o en el que ha detenido su carroza argentina
para ver de sus ojos la dulzura de luz?
¿O en el rey de las islas de las rosas fragantes,
o en el que es soberano de los claros diamantes,
o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz?
¡Ay!, la pobre princesa de la boca de rosa
quiere ser golondrina, quiere ser mariposa,
tener alas ligeras, bajo el cielo volar;
ir al sol por la escala luminosa de un rayo,
saludar a los lirios con los versos de mayo
o perderse en el viento sobre el trueno del mar.
Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata,
ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata,
ni los cisnes unánimes en el lago de azur.
Y están tristes las flores por la flor de la corte,
los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte,
de Occidente las dalias y las rosas del Sur.
¡Pobrecita princesa de los ojos azules!
Está presa en sus oros, está presa en sus tules,
en la jaula de mármol del palacio real;
el palacio soberbio que vigilan los guardas,
que custodian cien negros con sus cien alabardas,
un lebrel que no duerme y un dragón colosal.
¡Oh, quién fuera hipsipila que dejó la crisálida!
(La princesa está triste. La princesa está pálida.)
¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil!
¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe,
(La princesa está pálida. La princesa está triste.)
más brillante que el alba, más hermoso que abril!
-«Calla, calla, princesa -dice el hada madrina-;
en caballo, con alas, hacia acá se encamina,
en el cinto la espada y en la mano el azor,
el feliz caballero que te adora sin verte,
y que llega de lejos, vencedor de la Muerte,
a encenderte los labios con un beso de amor».
Rubén Darío
Todo sobre literatura
sábado, 5 de mayo de 2012
martes, 24 de abril de 2012
Euskera fácil, gaditano difícil
Me llamo
Mikel Gorriarán, llevo 15 días en Cádiz y me estoy, o me están volviendo loco. Os
contaré mi historia. Soy investigador privado y he venido a Cádiz a resolver un caso
simple, pero la verdad es que cada día que pasa se vuelve más complicado. Tan sólo se
trataba de descubrir al amante de la mujer de un alto mandatario vasco: comprenderán
ustedes por tanto que no dé su nombre, además porque me debo al secreto profesional.,En
principio no tenía muchas pistas. Sólo sabía que el hombre en cuestión era de Cádiz,
se llamaba Manuel Ramírez, que trabajaba en el puerto de Cádiz y que le conocían con el
alias de "picha". Así que el individuo en cuestión debía estar bien dotado,
ya que además de amante de la mujer del político, eran conocidas sus correrías por el
puerto de Bilbao. También usaba otro sobrenombre: "quillo"..Con estas pistas
tomé el avión hasta Madrid y allí enlacé con el tren hasta Cádiz.
Llegué a la estación, cogí un taxi y mientras iba camino del hotel, intenté entablar conversación con el taxista. La cosa quedó en eso, en el intento, porque que yo sepa una conversación es entre dos o más personas, pero el 'taxista no me daba opción ya que hablaba por los codos y de modo ininteligible. Lo hacía de forma sumamente apresurada y las pocas palabras que podía cazar al vuelo estaban incompletas. Quise preguntarle por el puerto, pero sabiendo que su respuesta no la entendería, lo dejé para mejor ocasión. Llegué al hotel Playa Victoria. y como mi interés era buscar al tal Manuel Ramírez, en un principio consulté la guía telefónica de la ciudad, pero como presumía, aquí había demasiados Ramírez. En mi tierra hubiera sido muy fácil, así que opté por buscar pistas en su lugar de trabajo. Salí a la calle y pregunté por el puerto. Un señor muy amable me dijo que lo mejor era coger el autobús de los Comes, pero para eso tenía que ir a Cádíz, aquello, me desconcertó, ¿Dónde estaba yo?, Empecé a atar cabos. Efectivamente cuando llegué a la terminal de la estación no ponía Cádiz, sino Cortadura y además recuerdo que en el trayecto di unas cabezadas y claro en ese intervalo pudo haber algún enlace, o algo, no sé. Lo cierto es que yo no me encontraba en Cádiz. Pero no debía estar muy lejos.,Paré un taxi y con gesto decidido, le dije al taxista que me llevara a Cádiz. Él me contestó ¿A Cádiz a dónde?. y le contesté algo enfadado que a Cádiz. joder a Cádiz.? de una puta vez quiero llegar a Cádiz, Ya luego el taxista con mucha paciencia y muy despacito me explicó que donde yo estaba era Cádiz, pero no era Cádiz. A ver si lo explico bien. Resulta que la gente aquí le llama Cádiz a la parte antigua y desde unas murallas para adelante le llaman Puerta Tierra. No se si lo expliqué bien, pero yo ya lo he entendido. Llegué por fin a la estación de autobuses de Comes, pedí un billete para el puerto y me subí al autobús correspondiente. El trayecto fue relativamente corto, si acaso 30 minutos, pero la verdad es que yo creía que Cádiz era más pequeño. Sin duda me había informado mal, y además mi trabajo aquí se complicaba puesto que habría que buscar en una ciudad más grande de lo que pensaba. Pero mis sorpresas no habían acabado. Llegado a la estación terminal pregunté por el puerto. Mi interlocutor me miró con mal genio y me dijo que esto era el Puerto. Yo no entendía nada. Ese hombre enfadado y yo no veía barcos por ningún sitio, La verdad es que el hombre tuvo más paciencia que el Santo Job. Me fue explicando poco a poco que aquello era el Puerto de Santa María, pero que por todo el mundo, todo el mundo menos yo, era conocido por el Puerto y además me dijo que eso no era Cádiz que Cádiz estaba allí enfrente, que el Puerto es un pueblo de Cádiz y que si lo que quería era ir al puerto de Cádiz que cogiera el vaporcito y me dejaría allí mismo. Total, antes lo de Cádiz, que no era Cádiz, que era Puerta Tierra y ahora que el Puerto es un pueblo de Cádiz y entonces digo yo, ¿Cómo le llaman al puerto, al de los barcos. al puerto de siempre? Subí por fin al que le llaman el Vaporcito del Puerto, que para que lo sepan ustedes no es un barco de vapor, no, porque aquí en Cádiz o donde coño esté yo ahora, no le llaman a las cosas por su nombre; sí, le llaman vaporcito, pero en realidad es un barco que va a gasoil.
Llegué por fin al puerto, pesquero de Cádiz, à pienso que gastaré mucho dinero y tiempo, mas de lo que yo esperaba. Además no se como justificar ante mí cliente, porque me temo que no me va a creer y tampoco quiero darle muchas explicaciones porque seguro que voy a ser objeto de burlas. Bien, obviaré todos estos inconvenientes y pasaré a la acción. De siempre las mejores informaciones se consiguen en los bares, así que me acerqué al bar más próximo al puerto, perdón al muelle, uno que se llama "Lucero" y pedí un tubo, de cerveza, se entiende, pero el camarero no lo entendió. Yo más o menos le expliqué lo que quería y él con aire de suficiencia me dijo: "a, usted lo que quiere es un bó". Joder, no sabia yo que también tenían un idioma particular los gaditanos.Me acomodé en la barra del bar y puse la oreja atenta a lo que allí se cocía. Me acerqué la cerveza a los labios, tomé un trago largo y de pronto escuché la palabra mágica: "picha".¡ Dios!, por fin la suerte me vino de cara. Casi no podía creérmelo. Me atraganté con la cerveza, me puse perdido, pero merecía la pena. Había encontrado a la persona que estaba buscando. Bendita suerte la mía, Con disimulo me acerqué a los dos hombres que charlaban de un tema que no comprendía, pero tenía que ver con la música, con los coros y con un jurado, que por lo visto no tenía ni idea. Gente, sin duda muy creyente, aunque mal hablados, eso si se escapaban de vez en Cuando, demasiado de cuando en cuando, palabras mal sonantes, que no creo que deban reproducirse aquí, pero a mi lo que me interesaba que uno de ellos fuera el "picha". y para asegurarme que ese era el tipo que buscaba, pedí otro "bó" y pegué la oreja a la conversación. Efectivamente a lo largo de la conversación, uno de ellos, un tipo bajito, 1,65metros, no más, moreno. 40 años, delgado, que no tenía ni media bofetada, era llamado constantemente "picha" por su compañero de conversación. Jóder, pensé, Dios le da pañuelos a quien no tiene nariz, No se si lo captan ustedes porque aquel tipo se estaba trajinando a la mujer de mi cliente y aunque esté mal decirlo, porque soy un profesional, es una hembra de bandera. No me extraña que a ese tipo le dijeran el???"picha" porque sin duda era lo único bueno que tendría. Bueno, bueno, que me desvío de la trama. Había dado con el individuo y eso era lo importante. Esperé tranquilamente a que acabaran la conversación y seguí al "picha" con la idea de abordarlo solo y sin testigos. Y ocurrió un caso hasta ahora inédito en mi dilatada carrera. Se encontró con un amigo suyo y al saludarlo le dijo: ¿Qué pasa "PICHA"?, y el otro le contestó: muy bien ?picha", ¿y tú?.,Si, efectivamente; había dos individuos con el mismo alias y a decir verdad, este segundo tipo tenía más planta de amante que el enano de antes, pero en esto de la investigación nunca se puede descartar a ningún sospechoso. Lo malo de todo esto es que ahora tendría que doblar mis esfuerzos y hacer seguimientos alternativos. para comprobar cual de ellos era el verdadero amante.Opto en principio por seguir a este último ya que lo veo con mejor planta. pero sin descartar, como buen profesional que soy, al tipo enano. El Individuo toma un autobús y entabla conversación con un conocido suyo al que llama "quillo". ¡Dios! Esto se complica a cada paso, Ahora tengo a dos???"pichas", y a un???"quillo". Mi instinto de detective me dice que estoy siguiendo una pista falsa. Empezaré de nuevo: así que vuelvo al bar, del "muelle" y le pregunto al camarero si conoce a un tal Manuel Ramírez que trabaja en el puerto. Me dice que con esos datos no le suena y que además El Puerto le queda algo lejos. Caigo entonces en la cuenta y rectifico diciéndole que donde trabaja es el "muelle". No cae. Le digo entonces que le conocen con el apodo de "picha" y también con el de "quillo". El tipo del bar se carcajea en mi cara y me aclara que aquí todo el mundo es "picha" y "quillo???. La policía, sin duda, aquí lo tiene complicado.,Te estás luciendo Mikel, me digo para mi. Otra carcajada, no obstante el camarero me dice que pregunte por "Paco el bigote" que en el muelle es el que contrata a los estibadores. Después de darle todos los datos de que disponía sobre el tal Manuel Ramírez, que según tenía entendido trabajaba en el muelle y que durante seis meses trabajó en el puerto de Bilbao, lo de los apodos lo omití, porque con el cachondeo del camarero ya tuve bastante, aquel me contestó de mala gana. que ya no trabajaba allí, que según tenía entendido ahora trabajaba en la Residencia? Yo le pregunté que ¿en cuál residencia?. El contestó, con menos ganas que antes, que en cual iba a ser, joé, pues en la Residencia. Era ya tarde y como la verdad, había conseguido bastante información, volví al hotel a comer. Lo de la residencia lo dejaría para más tarde. Pensé que era buena idea tomar pescado para el almuerzo, que aquí lo habría de haber bueno con tanta costa, así que le pregunté al camarero que si tenía pescado. Él me contestó que tenía unas "zapatillas" muy fresquitas. A mí, sinceramente, me importaba poco lo que calzaba el fulano. Yo lo que quería era comer y además no sabía a que venía aquello de las zapatillas. El tipo me estaba chuleando o tendría medias una zapatería con algún cuñaaaaaaaao y me hacia la propaganda. Obvié el comentario e insistí en lo del pescado. Pero el camarero volvió con lo de las zapatillas frequitas. Puse mala cara y el camarero debió notarlo, porque rápidamente me aclaró que en Cádiz se les llama así a las doradas. Gente rara esta de Cádiz. No hay Dios que las entienda con lo que corren hablando, con las de palabras que no pronuncian y con las que pronuncian a medias.
Y para colmo le cambian el nombre a las cosas. Luego dicen que el euskera es difícil. No, euskera fácil, gaditano difícil., Después de una buena siesta reparadora, volví al trabajo. Tendría que averiguar a qué residencia en cuestión se refería "Paco el bigote". Deduje sin duda que tenía que ser muy conocida, por la forma con que el susodicho me dijo: "cual va ser, joé, pues la residencia ". Perspicaz que es uno.En la misma recepción del hotel me dieron la información que necesitaba. La Residencia estaba a cien metros del hotel. Un paseo siempre vendría bien, pero llevaba cierto tiempo andando y no encontré ninguna residencia. Pregunté a un transeúnte y me contestó que la había pasado, que estaba a dos bocacalles. Así que volví sobre mis pasos, pero yo no encontré ninguna residencia. Volví a preguntar. ¿ Por favor la Residencia? Pues eso que tiene usted ahí delante. Pero ... ¡¡Eso es un HOSPITAL!!. Aquí le decimos la Residencia, me contestó la señora y se quedó tan tranquila y de camino me echó una mirada como diciendo..." pareces tonto".
A partir de ahora no volverá a caer en estas artimañas,'porque para mí??? esta a claro que hay, algún tipo de complot, y entre todos los gaditanos intentaban marearme con nombres equivocados a cosas que solo pueden tener un nombre, Investigué en el hospital y saque un dato importantísimo, allí trabajaba desde hacía dos meses un tal Manuel Ramírez que estuvo un cierto tiempo en Bilbao, según todo ello me confirmó un celador de la Residencia. No pudo decirme su dirección concreta, aunque me dijo que vivía por la Plaza de Toros. Iba, a pesar de la cantidad de datos ,incorrectos, cercando al sospechoso, Dar con la Plaza de Toros sería tarea simple. Eso pensé, pero hasta el día de hoy, y llevo quince días aquí, no, he conseguido dar con ella. Y tiene que estar ahí, porque una Plaza de Toros es una Plaza de Toros y a eso no le pueden cambiar el nombre. Además a todo el que le pregunto me dice que "dos calles más pallá" o una "mijita más palante". Luego eso confirma mi teoría: hay una Plaza de Toros. Todos me hablan de ella, pero yo no la encuentro. Me estoy ó me están volviendo loco; Definitivamente dejo el caso y como dicen aquí me guannajo, me las piro pa BILBAO.
PD: El hijo de Manuel Ramírez, para mas INRI, estudiaba en el Hospital de Mora, y tras los 15 días también me fue imposible encontrarlo, ya que debido a mis experiencias pasadas, yo buscaba una residencia creyendo que el niñato de los cojones estudiaría medicina o enfermería o algo parecido, pero nunca, repito, nunca, pude imaginar que lo que el señorito hacía eran empresariales!! (Dato que me confirmaron tras mi llegada a Bilbao).
Agur
Llegué a la estación, cogí un taxi y mientras iba camino del hotel, intenté entablar conversación con el taxista. La cosa quedó en eso, en el intento, porque que yo sepa una conversación es entre dos o más personas, pero el 'taxista no me daba opción ya que hablaba por los codos y de modo ininteligible. Lo hacía de forma sumamente apresurada y las pocas palabras que podía cazar al vuelo estaban incompletas. Quise preguntarle por el puerto, pero sabiendo que su respuesta no la entendería, lo dejé para mejor ocasión. Llegué al hotel Playa Victoria. y como mi interés era buscar al tal Manuel Ramírez, en un principio consulté la guía telefónica de la ciudad, pero como presumía, aquí había demasiados Ramírez. En mi tierra hubiera sido muy fácil, así que opté por buscar pistas en su lugar de trabajo. Salí a la calle y pregunté por el puerto. Un señor muy amable me dijo que lo mejor era coger el autobús de los Comes, pero para eso tenía que ir a Cádíz, aquello, me desconcertó, ¿Dónde estaba yo?, Empecé a atar cabos. Efectivamente cuando llegué a la terminal de la estación no ponía Cádiz, sino Cortadura y además recuerdo que en el trayecto di unas cabezadas y claro en ese intervalo pudo haber algún enlace, o algo, no sé. Lo cierto es que yo no me encontraba en Cádiz. Pero no debía estar muy lejos.,Paré un taxi y con gesto decidido, le dije al taxista que me llevara a Cádiz. Él me contestó ¿A Cádiz a dónde?. y le contesté algo enfadado que a Cádiz. joder a Cádiz.? de una puta vez quiero llegar a Cádiz, Ya luego el taxista con mucha paciencia y muy despacito me explicó que donde yo estaba era Cádiz, pero no era Cádiz. A ver si lo explico bien. Resulta que la gente aquí le llama Cádiz a la parte antigua y desde unas murallas para adelante le llaman Puerta Tierra. No se si lo expliqué bien, pero yo ya lo he entendido. Llegué por fin a la estación de autobuses de Comes, pedí un billete para el puerto y me subí al autobús correspondiente. El trayecto fue relativamente corto, si acaso 30 minutos, pero la verdad es que yo creía que Cádiz era más pequeño. Sin duda me había informado mal, y además mi trabajo aquí se complicaba puesto que habría que buscar en una ciudad más grande de lo que pensaba. Pero mis sorpresas no habían acabado. Llegado a la estación terminal pregunté por el puerto. Mi interlocutor me miró con mal genio y me dijo que esto era el Puerto. Yo no entendía nada. Ese hombre enfadado y yo no veía barcos por ningún sitio, La verdad es que el hombre tuvo más paciencia que el Santo Job. Me fue explicando poco a poco que aquello era el Puerto de Santa María, pero que por todo el mundo, todo el mundo menos yo, era conocido por el Puerto y además me dijo que eso no era Cádiz que Cádiz estaba allí enfrente, que el Puerto es un pueblo de Cádiz y que si lo que quería era ir al puerto de Cádiz que cogiera el vaporcito y me dejaría allí mismo. Total, antes lo de Cádiz, que no era Cádiz, que era Puerta Tierra y ahora que el Puerto es un pueblo de Cádiz y entonces digo yo, ¿Cómo le llaman al puerto, al de los barcos. al puerto de siempre? Subí por fin al que le llaman el Vaporcito del Puerto, que para que lo sepan ustedes no es un barco de vapor, no, porque aquí en Cádiz o donde coño esté yo ahora, no le llaman a las cosas por su nombre; sí, le llaman vaporcito, pero en realidad es un barco que va a gasoil.
Llegué por fin al puerto, pesquero de Cádiz, à pienso que gastaré mucho dinero y tiempo, mas de lo que yo esperaba. Además no se como justificar ante mí cliente, porque me temo que no me va a creer y tampoco quiero darle muchas explicaciones porque seguro que voy a ser objeto de burlas. Bien, obviaré todos estos inconvenientes y pasaré a la acción. De siempre las mejores informaciones se consiguen en los bares, así que me acerqué al bar más próximo al puerto, perdón al muelle, uno que se llama "Lucero" y pedí un tubo, de cerveza, se entiende, pero el camarero no lo entendió. Yo más o menos le expliqué lo que quería y él con aire de suficiencia me dijo: "a, usted lo que quiere es un bó". Joder, no sabia yo que también tenían un idioma particular los gaditanos.Me acomodé en la barra del bar y puse la oreja atenta a lo que allí se cocía. Me acerqué la cerveza a los labios, tomé un trago largo y de pronto escuché la palabra mágica: "picha".¡ Dios!, por fin la suerte me vino de cara. Casi no podía creérmelo. Me atraganté con la cerveza, me puse perdido, pero merecía la pena. Había encontrado a la persona que estaba buscando. Bendita suerte la mía, Con disimulo me acerqué a los dos hombres que charlaban de un tema que no comprendía, pero tenía que ver con la música, con los coros y con un jurado, que por lo visto no tenía ni idea. Gente, sin duda muy creyente, aunque mal hablados, eso si se escapaban de vez en Cuando, demasiado de cuando en cuando, palabras mal sonantes, que no creo que deban reproducirse aquí, pero a mi lo que me interesaba que uno de ellos fuera el "picha". y para asegurarme que ese era el tipo que buscaba, pedí otro "bó" y pegué la oreja a la conversación. Efectivamente a lo largo de la conversación, uno de ellos, un tipo bajito, 1,65metros, no más, moreno. 40 años, delgado, que no tenía ni media bofetada, era llamado constantemente "picha" por su compañero de conversación. Jóder, pensé, Dios le da pañuelos a quien no tiene nariz, No se si lo captan ustedes porque aquel tipo se estaba trajinando a la mujer de mi cliente y aunque esté mal decirlo, porque soy un profesional, es una hembra de bandera. No me extraña que a ese tipo le dijeran el???"picha" porque sin duda era lo único bueno que tendría. Bueno, bueno, que me desvío de la trama. Había dado con el individuo y eso era lo importante. Esperé tranquilamente a que acabaran la conversación y seguí al "picha" con la idea de abordarlo solo y sin testigos. Y ocurrió un caso hasta ahora inédito en mi dilatada carrera. Se encontró con un amigo suyo y al saludarlo le dijo: ¿Qué pasa "PICHA"?, y el otro le contestó: muy bien ?picha", ¿y tú?.,Si, efectivamente; había dos individuos con el mismo alias y a decir verdad, este segundo tipo tenía más planta de amante que el enano de antes, pero en esto de la investigación nunca se puede descartar a ningún sospechoso. Lo malo de todo esto es que ahora tendría que doblar mis esfuerzos y hacer seguimientos alternativos. para comprobar cual de ellos era el verdadero amante.Opto en principio por seguir a este último ya que lo veo con mejor planta. pero sin descartar, como buen profesional que soy, al tipo enano. El Individuo toma un autobús y entabla conversación con un conocido suyo al que llama "quillo". ¡Dios! Esto se complica a cada paso, Ahora tengo a dos???"pichas", y a un???"quillo". Mi instinto de detective me dice que estoy siguiendo una pista falsa. Empezaré de nuevo: así que vuelvo al bar, del "muelle" y le pregunto al camarero si conoce a un tal Manuel Ramírez que trabaja en el puerto. Me dice que con esos datos no le suena y que además El Puerto le queda algo lejos. Caigo entonces en la cuenta y rectifico diciéndole que donde trabaja es el "muelle". No cae. Le digo entonces que le conocen con el apodo de "picha" y también con el de "quillo". El tipo del bar se carcajea en mi cara y me aclara que aquí todo el mundo es "picha" y "quillo???. La policía, sin duda, aquí lo tiene complicado.,Te estás luciendo Mikel, me digo para mi. Otra carcajada, no obstante el camarero me dice que pregunte por "Paco el bigote" que en el muelle es el que contrata a los estibadores. Después de darle todos los datos de que disponía sobre el tal Manuel Ramírez, que según tenía entendido trabajaba en el muelle y que durante seis meses trabajó en el puerto de Bilbao, lo de los apodos lo omití, porque con el cachondeo del camarero ya tuve bastante, aquel me contestó de mala gana. que ya no trabajaba allí, que según tenía entendido ahora trabajaba en la Residencia? Yo le pregunté que ¿en cuál residencia?. El contestó, con menos ganas que antes, que en cual iba a ser, joé, pues en la Residencia. Era ya tarde y como la verdad, había conseguido bastante información, volví al hotel a comer. Lo de la residencia lo dejaría para más tarde. Pensé que era buena idea tomar pescado para el almuerzo, que aquí lo habría de haber bueno con tanta costa, así que le pregunté al camarero que si tenía pescado. Él me contestó que tenía unas "zapatillas" muy fresquitas. A mí, sinceramente, me importaba poco lo que calzaba el fulano. Yo lo que quería era comer y además no sabía a que venía aquello de las zapatillas. El tipo me estaba chuleando o tendría medias una zapatería con algún cuñaaaaaaaao y me hacia la propaganda. Obvié el comentario e insistí en lo del pescado. Pero el camarero volvió con lo de las zapatillas frequitas. Puse mala cara y el camarero debió notarlo, porque rápidamente me aclaró que en Cádiz se les llama así a las doradas. Gente rara esta de Cádiz. No hay Dios que las entienda con lo que corren hablando, con las de palabras que no pronuncian y con las que pronuncian a medias.
Y para colmo le cambian el nombre a las cosas. Luego dicen que el euskera es difícil. No, euskera fácil, gaditano difícil., Después de una buena siesta reparadora, volví al trabajo. Tendría que averiguar a qué residencia en cuestión se refería "Paco el bigote". Deduje sin duda que tenía que ser muy conocida, por la forma con que el susodicho me dijo: "cual va ser, joé, pues la residencia ". Perspicaz que es uno.En la misma recepción del hotel me dieron la información que necesitaba. La Residencia estaba a cien metros del hotel. Un paseo siempre vendría bien, pero llevaba cierto tiempo andando y no encontré ninguna residencia. Pregunté a un transeúnte y me contestó que la había pasado, que estaba a dos bocacalles. Así que volví sobre mis pasos, pero yo no encontré ninguna residencia. Volví a preguntar. ¿ Por favor la Residencia? Pues eso que tiene usted ahí delante. Pero ... ¡¡Eso es un HOSPITAL!!. Aquí le decimos la Residencia, me contestó la señora y se quedó tan tranquila y de camino me echó una mirada como diciendo..." pareces tonto".
A partir de ahora no volverá a caer en estas artimañas,'porque para mí??? esta a claro que hay, algún tipo de complot, y entre todos los gaditanos intentaban marearme con nombres equivocados a cosas que solo pueden tener un nombre, Investigué en el hospital y saque un dato importantísimo, allí trabajaba desde hacía dos meses un tal Manuel Ramírez que estuvo un cierto tiempo en Bilbao, según todo ello me confirmó un celador de la Residencia. No pudo decirme su dirección concreta, aunque me dijo que vivía por la Plaza de Toros. Iba, a pesar de la cantidad de datos ,incorrectos, cercando al sospechoso, Dar con la Plaza de Toros sería tarea simple. Eso pensé, pero hasta el día de hoy, y llevo quince días aquí, no, he conseguido dar con ella. Y tiene que estar ahí, porque una Plaza de Toros es una Plaza de Toros y a eso no le pueden cambiar el nombre. Además a todo el que le pregunto me dice que "dos calles más pallá" o una "mijita más palante". Luego eso confirma mi teoría: hay una Plaza de Toros. Todos me hablan de ella, pero yo no la encuentro. Me estoy ó me están volviendo loco; Definitivamente dejo el caso y como dicen aquí me guannajo, me las piro pa BILBAO.
PD: El hijo de Manuel Ramírez, para mas INRI, estudiaba en el Hospital de Mora, y tras los 15 días también me fue imposible encontrarlo, ya que debido a mis experiencias pasadas, yo buscaba una residencia creyendo que el niñato de los cojones estudiaría medicina o enfermería o algo parecido, pero nunca, repito, nunca, pude imaginar que lo que el señorito hacía eran empresariales!! (Dato que me confirmaron tras mi llegada a Bilbao).
Agur
sábado, 21 de abril de 2012
Garcilaso de la Vega "Soneto XIII"
Según la mitología griega, el dios Apolo se encaprichó de la ninfa Dafne, hija del río Peneo, pero ella huyó de él. El dios la persigue y, cuando está a punto de ser alcanzada, la ninfa implora la ayuda de su padre que la convierte en un laurel (esto significa "dafne" en griego), el árbol sagrado de Apolo. Nunca el arte de Garcilaso (escribe Lapesa) se mostró más poderosamente plástico que en este soneto que capta el momento de la metamorfosis con extraordinario poder de representación visual, en una perfecta descripción parnasiana, acaso inspirada en alguna pintura. Los dos cuartetos del soneto describen gráficamente la sensación de vida palpitante en el proceso de transformación de la hermosa muchacha, mediante un acertado uso de epítetos que contrastan el juvenil cuerpo de la ninfa y el árbol en que se va transformando ("áspera corteza-tierno miembros", blandos pies-torcidas raíces"). Los tercetos expresan el dolor de Apolo, pues, paradójicamente, cuanto más llora tanto más riega y hace crecer el laurel, que es precisamente el motivo de sus lágrimas. Mediante esta escena mitológica -recurso muy frecuente del arte renacentista-, Garcilaso quiere expresar el propio sentimiento amoroso; en concreto, cómo, en un círculo vicioso, el recuerdo del amor perdido aumenta su dolor.
A Dafne ya los brazos le crecían,
y en luengos ramos vueltos se mostraba;
en verdes hojas vi que se tornaban
los cabellos que el oro escurecían.
De áspera corteza se cubrían
los tiernos miembros, que aún bullendo estaban:
los blancos pies en tierra se hincaban,
y en torcidas raíces se volvían.
Aquel que fue la causa de tal daño,
a fuerza de llorar, crecer hacía
este árbol que con lágrimas regaba.
¡Oh miserable estado! ¡oh mal tamaño!
¡Que con llorarla crezca cada día
la causa y la razón porque lloraba!
A Dafne ya los brazos le crecían,
y en luengos ramos vueltos se mostraba;
en verdes hojas vi que se tornaban
los cabellos que el oro escurecían.
De áspera corteza se cubrían
los tiernos miembros, que aún bullendo estaban:
los blancos pies en tierra se hincaban,
y en torcidas raíces se volvían.
Aquel que fue la causa de tal daño,
a fuerza de llorar, crecer hacía
este árbol que con lágrimas regaba.
¡Oh miserable estado! ¡oh mal tamaño!
¡Que con llorarla crezca cada día
la causa y la razón porque lloraba!
domingo, 8 de abril de 2012
Lope Félix de Vega y Carpio
Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;
no hallar fuera del bien centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso;
huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor süave,
olvidar el provecho, amar el daño;
creer que un cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño;
esto es amor, quien lo probó lo sabe
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;
no hallar fuera del bien centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso;
huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor süave,
olvidar el provecho, amar el daño;
creer que un cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño;
esto es amor, quien lo probó lo sabe
sábado, 31 de marzo de 2012
La saeta al cantar.
¿Quién me presta una escalera,
para subir al madero,
para quitarle los clavos
a Jesús el Nazareno?
(Saeta popular)
para subir al madero,
para quitarle los clavos
a Jesús el Nazareno?
(Saeta popular)
¡Oh, la saeta, el cantar
al Cristo de los gitanos,
siempre con sangre en las manos,
siempre por desenclavar!
al Cristo de los gitanos,
siempre con sangre en las manos,
siempre por desenclavar!
¡Cantar del pueblo andaluz,
que todas las primaveras
anda pidiendo escaleras
para subir a la cruz!
que todas las primaveras
anda pidiendo escaleras
para subir a la cruz!
¡Cantar de la tierra mía,
que echa flores
al Jesús de la agonía,
y es la fe de mis mayores!
que echa flores
al Jesús de la agonía,
y es la fe de mis mayores!
¡Oh, no eres tú mi cantar!
¡No puedo cantar, ni quiero
a ese Jesús del madero,
sino al que anduvo en el mar!
¡No puedo cantar, ni quiero
a ese Jesús del madero,
sino al que anduvo en el mar!
(1914)
viernes, 30 de marzo de 2012
Soneto XXIII
En tanto que de rosa y azucena
se muestra la color en vuestro gesto
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
enciende al corazón y lo refrena;
y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogió, con vuelo presto
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve ,esparce y desordena;
coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto, ante que el tiempo aireado
cubra de nieve la hermosa cumbre.
marchitará la rosa el viento helado,
todo lo mudara la edad ligera,
por no hacer mudanza en su costumbre
Garcilaso de la Vega
El tema de este soneto, el carpe diem, expresión tomada de una oda del poeta latino Quinto Horacio Flaco, es una incitación a gozar de la vida y la juventud ante la certidumbre de que pronto llegarán la vejez y la muete. Este tema horaciano tuvo una importante recreación el el poema De rosis nascentibus del poeta latino-galo cristiano Dédimo Magno Ausonio. Desde entonces, el carpe diem, tópico que habría de ser muy querido de toda la poesía renacentista y barroca, europea, quedó ligado al tema de la "la brevedad de la rosa"; pues, si Horacio exhortaba a aprovechar el presente y, sobre todo, el tiempo feliz de la juventud, éste encontró su mejor metáfora en la efímera belleza de la rosa, de tan breve vida. Y, antes que en la española, los clásicos grecolatinos tuvieron eco en la literatura italiana, cuya influencia fue tan decisiva en Garcilaso.
En cada uno de los cuartetos se expresa una proposición, la conclusión en el primer terceto y la generalización justificadora en el último. Estilísticamente, destaca la riquza de adjetivos e imágenes ("ardiente, honesto, blanco, alegre, dulce, etc.") y "vena de oro, primavera, nieve, cumbre", etc. En el ritmo pausado del poema no hay urgencia ni ansiedad, sino que parece ser una tranquila invitación a disfrutar de la juventud y de la belleza mientras duren. La angustia ante la muerte (como en el poema de Góngora sobre el mismo tema) está ausente de aquí. La serenidad y la invitación a vivir en un gozo equilibrado y moderado corresponde a una época, como el Renacimiento, más mesurada y menos angustiada de lo que habría de ser el Barroco.
Tras la lectura de este soneto, que es "en conjunto una graciosa pintura, delicadamente convencional, maravillosamente luminosa", y olvidada la seria, aunque serena y natural reflexión del último terceto, se corresponde con aquella "primavera" de la cultura europea que fue el Renacimiento. La imagen de la bella muchacha a la que se alude cumple el canon renacentista de la belleza (piel blanca, rostro sonrosado, cabello rubio, cuello esbelto; y, en torno a él revolando, el cabello suelto); y, así, la imagen de la muchacha guarda clara semejanza con la figura de la diosa del amor, nacida de la espuma del mar, a la que el viento agita la dorada cabellera en torno al albo cuello, tal y como la representó el pintor italiano Sandro Botticelli en su cuadro El nacimiento de Venus (entre 1478 y 1486)
se muestra la color en vuestro gesto
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
enciende al corazón y lo refrena;
y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogió, con vuelo presto
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve ,esparce y desordena;
coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto, ante que el tiempo aireado
cubra de nieve la hermosa cumbre.
marchitará la rosa el viento helado,
todo lo mudara la edad ligera,
por no hacer mudanza en su costumbre
Garcilaso de la Vega
El tema de este soneto, el carpe diem, expresión tomada de una oda del poeta latino Quinto Horacio Flaco, es una incitación a gozar de la vida y la juventud ante la certidumbre de que pronto llegarán la vejez y la muete. Este tema horaciano tuvo una importante recreación el el poema De rosis nascentibus del poeta latino-galo cristiano Dédimo Magno Ausonio. Desde entonces, el carpe diem, tópico que habría de ser muy querido de toda la poesía renacentista y barroca, europea, quedó ligado al tema de la "la brevedad de la rosa"; pues, si Horacio exhortaba a aprovechar el presente y, sobre todo, el tiempo feliz de la juventud, éste encontró su mejor metáfora en la efímera belleza de la rosa, de tan breve vida. Y, antes que en la española, los clásicos grecolatinos tuvieron eco en la literatura italiana, cuya influencia fue tan decisiva en Garcilaso.
En cada uno de los cuartetos se expresa una proposición, la conclusión en el primer terceto y la generalización justificadora en el último. Estilísticamente, destaca la riquza de adjetivos e imágenes ("ardiente, honesto, blanco, alegre, dulce, etc.") y "vena de oro, primavera, nieve, cumbre", etc. En el ritmo pausado del poema no hay urgencia ni ansiedad, sino que parece ser una tranquila invitación a disfrutar de la juventud y de la belleza mientras duren. La angustia ante la muerte (como en el poema de Góngora sobre el mismo tema) está ausente de aquí. La serenidad y la invitación a vivir en un gozo equilibrado y moderado corresponde a una época, como el Renacimiento, más mesurada y menos angustiada de lo que habría de ser el Barroco.
Tras la lectura de este soneto, que es "en conjunto una graciosa pintura, delicadamente convencional, maravillosamente luminosa", y olvidada la seria, aunque serena y natural reflexión del último terceto, se corresponde con aquella "primavera" de la cultura europea que fue el Renacimiento. La imagen de la bella muchacha a la que se alude cumple el canon renacentista de la belleza (piel blanca, rostro sonrosado, cabello rubio, cuello esbelto; y, en torno a él revolando, el cabello suelto); y, así, la imagen de la muchacha guarda clara semejanza con la figura de la diosa del amor, nacida de la espuma del mar, a la que el viento agita la dorada cabellera en torno al albo cuello, tal y como la representó el pintor italiano Sandro Botticelli en su cuadro El nacimiento de Venus (entre 1478 y 1486)
viernes, 23 de marzo de 2012
Poeta cubano nacido en Cienfuegos en 1910 y fallecido en el exilio, en Santo Domingo en 1982.
Publicó su primer libro de poesías a los 22 años de edad y continuó con una producción constante que se difundió
ampliamente por todos los países de habla hispana. Entre sus libros más conocidos, se cuentan «La Fuga de las Horas»,
«Oasis», y «Poeta Enamorado».
Publicó su primer libro de poesías a los 22 años de edad y continuó con una producción constante que se difundió
ampliamente por todos los países de habla hispana. Entre sus libros más conocidos, se cuentan «La Fuga de las Horas»,
«Oasis», y «Poeta Enamorado».
Aquí dejo uno de sus poemas titulado "Poema de la despedida".
Te digo adiós, y acaso te quiero todavía.
Quizás no he de olvidarte, pero te digo adiós.
No sé si me quisiste... No sé si te quería...
O tal vez nos quisimos demasiado los dos.
Este cariño triste, y apasionado, y loco,
me lo sembré en el alma para quererte a ti.
No sé si te amé mucho... No sé si te amé poco;
pero sí sé que nunca volveré a amar así.
Me queda tu sonrisa dormida en mi recuerdo,
y el corazón me dice que no te olvidaré;
pero, al quedarme solo, sabiendo que te pierdo,
tal vez empiezo a amarte como jamás te ame.
Te digo adiós, y acaso, con esta despedida,
mi más hermoso sueño muere dentro de mi...
Pero te digo, adiós para toda la vida,
aunque toda la vida siga pensando en ti.
Jose Ángel Buesa.
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